Oasis en el desierto oceánico
“La isla de Malpelo actúa como un oasis en medio del desierto oceánico para una gran cantidad de especies pelágicas como es el caso de los tiburones sedosos, tiburones martillo, atunes, mamíferos marinos y tortugas”: Fundación Malpelo.
Barracuda pelícano
La Barracuda pelícano (Sphyraena idiastes) pueden alcanzar hasta los 91 centímetros de largo, su viaje va desde Colombia hasta Chile y se caracteriza por nadar en grupos de gran número.
Brillo natural
En la inmensidad azul del océano, estas barracudas cautivan a la vista con su brillo natural. De acuerdo con Red List, esta especie se encuentra en la categoría de ‘menor preocupación’ en cuanto al riesgo de extinción.
A bucear
Bucear en Malpelo está permitido para los buzos debidamente certificados. La profundidad máxima permitida es de hasta 140 pies y cada buzo deberá contar con un equipo mínimo para las actividades submarinas, así como su respectivo equipo de seguridad.
Mi arrecife de coral
La Dermatolepis es una especie a la que le gusta habitar cerca de los corales, arrecifes y rocas, se caracteriza por los bordes amarillos de sus aletas y puede crecer, sorprendentemente, hasta un metro de longitud.
Nadaremos, nadaremos
Varias especies que se pasean en cardúmenes por las profundidades de la isla son claves en las cadenas alimenticias de depredadores y aseguran la riqueza del ecosistema. El salmonete amarillo (Mulloidichthys-dentathus) es una de esas especies.
Cielo, tierra y agua
El piquero enmascarado de Malpelo es una especie de ave marina, es decir que anida en la roca, pasa gran parte del día surcando los cielos oceánicos y cuando de cazar se trata, busca su presa en el agua y sale disparada como bala para capturarla con su pico.
En guardia
Estos piqueros enmascarados parecieran protegerse sus espaldas, mientras se ve en el horizonte el buque ARC ‘7 de Agosto’, que no puede acercarse más a Malpelo por la poca profundidad en ese punto y el riesgo de las fuertes corrientes.
La magia de lo endémico
Estar frente a especies endémicas, como el cangrejo terrestre, el lagarto punteado y el gecko de Malpelo, en un espacio tan reducido comparado con el planeta, hacen obligatorio el deseo de protegerlas.
Sinuoso camino
Desde el tangón (puente voladizo a la derecha) al Puesto Destacado de la Armada (izquierda) hay, por lo menos, unos 20 minutos de escalada por un terreno zigzagueante y escarpado, lleno de sulas chirriando a menos de dos metros.
Me ven, no me ven
Camuflado entre rocas, este gaviotín camina en la roca a la mitad del Pacífico. Son más de 60 especies de aves las que han sido reportadas en la isla.
Paraíso Sula
Malpelo tiene formaciones rocosas únicas de imposible acceso para cualquier ser viviente, menos para el piquero enmascarado (sula nebouxii), que puede anidar en entornos intrincados. Para cualquier dirección que se mire, siempre se encontrará a un individuo de esta especie.
¿Qué tal la vista?
Estas dos sulas disfrutan acompañadas de la vista que ofrece Malpelo hacia el horizonte marino, pero ellas también hacen parte del invaluable paisaje de la isla. ¿Qué tal la vista?
La despedida
Luego de 24 horas indescriptibles, la tripulación del buque ARC ‘7 de Agosto’ partió de regreso hacia la Base Naval ARC Málaga, en Buenaventura. En este punto, salieron a flote las emociones de haber vivido una conexión única con una maravilla natural del mundo.
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